Alopecia difusa

Las causas más habituales son:

• Estrés: Parte de los cabellos que se encontraban en fase anágena pasan de forma brusca a la fase telógena. El cortisol, hormona que se libera durante el estrés, puede afectar a la circulación de la sangre (se ralentiza), e impide la correcta absorción de algunos nutrientes en el folículo piloso, lo que afecta directamente al crecimiento de nuestro cabello.
• Déficit de hierro: En algunas ocasiones, la deficiencia de hierro produce pérdida de cabello. Algunas personas no consumen suficiente hierro en sus dietas y es posible que otras no lo absorban completamente. Las mujeres que tienen períodos menstruales abundantes pueden desarrollar una deficiencia de hierro. El bajo nivel en hierro se puede detectar mediante pruebas de laboratorio y se puede corregir tomando suplementos ricos en hierro.
• Cirugía mayor / enfermedad crónica: Cualquier persona que se someta a una operación importante que suponga un impacto para el sistema puede notar una mayor caída del cabello entre 1 y 3 meses después. Esta condición se suele revertir de forma natural en pocos meses, pero las personas que padecen una enfermedad crónica grave pueden perder el cabello de forma indefinida.
• Alteraciones hormonales: Provocadas por procesos naturales como el embarazo o la menopausia o bien el uso de píldoras anticonceptivas.
• Enfermedades en la tiroides: Hipertiroidismo o hipotiroidismo
• Medicamentos: Algunos fármacos específicos pueden producir pérdida de pelo, por ejemplo: fármacos para reducir el colesterol, anticoagulantes, antigotosos, antiartríticos, derivados de la vitamina A, antiepilépticos, antidepresivos, antitiroideos o betabloqueantes para la hipertensión arterial.